Un casco histórico ideal para cualquier comienzo o final de trayecto
Esta ruta sale de un casco histórico que, por algo, se ha ganado y ha mantenido el título de Patrimonio de la Humanidad. La Laguna es una ciudad universitaria desde hace más de dos siglos que mezcla su esencia joven con joyas arquitectónicas y religiosas.
Sus calles empedradas peatonales, sus numerosos y prestigiosos restaurantes y sus infinitas tascas resultan ideales para desayunar si se quiere afrontar una excursión inolvidable con fuerzas renovadas. El entorno de la reformada catedral o de la iglesia de La Concepción bien merecen un rato antes de la salida.
Parada perfecta para desayunar antes de una excursión de impacto
De la planicie lagunera, y tras atravesar la autopista del norte por una rotonda elevada que muestra en su parte central una famosa escultura del Padre Anchieta, canonizado por el papa Francisco en 2014, la vía comienza en muy poco tiempo a elevarse camino de La Esperanza. El verde y los terrenos cultivados de cereales contrastan enseguida con la urbe anterior antes de parar en La Esperanza.
Su condición de última localidad con restaurantes hasta el Teide aconseja detenerse y disfrutar de la gastronomía local si aún no se ha desayunado. El pueblo cuenta también con el Parque del Adelantado, con bosque de laurisilva.
Parques en pleno pinar con diversión infantil y vistas inolvidables
Tras retomar el ascenso, en pocos kilómetros aparece, a la izquierda, el parque recreativo de Las Raíces, perfecto para respirar aire puro, descansar y comer si el desayuno se lleva ya preparado.
Un poco más arriba, en la zona de Las Lagunetas, un parque de aventura forestal hace las delicias de los más pequeños antes de adentrarse en un paraje volcánico inolvidable, de los más visitados del planeta.
En apenas unos minutos, se alcanza el mirador de Ortuño, con panorámicas increíbles del verde pinar, el intenso azul celestial, el mar de nubes si se ha formado y el Teide al fondo, que corona una panorámica espectacular.
Uno de los lugares más visitados del mundo deja casi sin palabras
Tras media hora desde La Esperanza si no se han hecho paradas, el coche pasa a un terreno despejado de verde que muestra, ya desde la carretera y sin necesidad de detenerse, impresionantes vistas del Teide y de los regalos visuales de la lava. Si se desea disfrutar aún más y pausadamente de esta parte de uno de los parques nacionales más bellos de España, el mirador de Chipeque, con excelentes vistas del Valle de La Orotava y de los famosos mares de nubes si están formados, no tiene mucho que envidiarle al de Ortuño.
A la derecha, el Observatorio Astronómico deja claro que se está pasando por un lugar privilegiado para escudriñar el cielo. Por una vía muy recta, con vistas del norte y el sur de la isla a derecha o izquierda, se llega a El Portillo, que ofrece un restaurante y, muy cerca, un centro interpretativo de Las Cañadas perfecto para conocer los valores geológicos, la fuerza de los volcanes y la paleta de colores que se despliega fuera en los 190 kilómetros cuadrados del parque.
La carretera comienza luego numerosos regates en forma de curvas hasta la zona con más casas y varios restaurantes, y siempre con excelentes vistas de las cañadas y el pico mayor de España (3.718 metros). También se llega a Montaña Blanca, cuyo picón característico, que choca con el negro volcánico, ha sido elegido por la Agencia Estatal Europea para probar un vehículo robotizado mediante un concurso mundial con el fin de llevarlo a Marte. Y es que el paisaje marca y parece de otro planeta.
Las curvas siguen hasta llegar a las faldas del Teide, donde se podrá aparcar y subir al teleférico que lleva a poca distancia de la cima. Tras descender, una de las rectas más impresionantes de Tenerife con un único sentido lleva al parador nacional, a la izquierda, y, justo en frente, a los roques de García. Unas esculturas naturales hiperfotografiadas por su espectacularidad, entre las que destaca la que parece un árbol. Justo debajo, y tras pasar por una zona llamada Los Azulejos por otra contribución cromática de la geología del parque, el Llano de Ucanca deja casi sin palabras con sus 3 kilómetros cuadrados de planicie, tajinastes, malpaís y formas variopintas con el Teide siempre vigilante. Como para no ir.
El municipio más alto de España es ideal para una pausa
Ya en la bajada hacia el sur, y tomando la carretera de la izquierda, el vehículo se adentrará en otro pinar, menos tupido que el primero pero igual de relajante, refrescante y merecedor de parada. De los muchos árboles, destaca el Pino Gordo, con un diámetro en su tronco de 8 metros situado junto a la vía.
Al poco, el coqueto pueblo de Vilaflor, el más alto de España (1.400 metros) con ayuntamiento, resulta perfecto por si no se ha comido. Su sombreada plaza, sus calles patrimoniales y su condición de puerta sureña refuerzan los valores de la ruta. Además, su nombre obedece a una leyenda que dice que un soldado castellano se quedó prendado a lo lejos de una aborigen durante la conquista de la isla y no pudo más que llamar al sitio así: vi la flor de Chasna, que era el antiguo nombre guanche para este enclave de gran arraigo agrícola, sobre todo de cereales.
Vistas excelentes de la planicie sureña, montañas y el Atlántico
Desde el casco de Vilaflor, diversas vías bajan hasta las zonas más turísticas de Tenerife, aunque esta ruta apuesta por las dos, no muy anchas, pero de doble sentido, que llevan a San Miguel de Abona y, sobre todo, al mirador de La Centinela. Los terrenos cultivados se unen a algunos pinos sueltos y áreas volcánicas en un descenso salpicado por tuneras, almendros e infinidad de pájaros.
Parar en San Miguel y sus calles patrimoniales es una buena elección si ha vuelto a dar hambre. Ya en el mirador de La centinela, se comprueba de forma perfecta las formas suaves del territorio sur de la isla, con cimas tan bellas y conocidas como Montaña Roja, justo al lado de la playa de La Tejita. Un Atlántico generalmente en calma y un sol garantizado mejoran mucho el cuadro.
- Non lasciare rifiuti di alcun genere nell'ambiente, compresi i mozziconi di sigaretta. Gli avanzi di cibo contribuiscono alla proliferazione di roditori e gatti selvatici che rappresentano una grave minaccia per la fauna.
- Utilizza i cestini e, per quanto possibile, deposita i rifiuti precedentemente separati negli appositi contenitori.
- Non gettare in mare oggetti o rifiuti di alcun genere.
- Rispetta gli animali, non disturbarli e non dar loro da mangiare. Se vedi un esemplare ferito, puoi telefonare al numero di emergenza 112. Non strappare fiori o piante.
- Non raccogliere, né portare via pietre o qualsiasi altro elemento dal mezzo naturale. Non modificare quest’ultimo neanche impilandole per realizzare le tristemente famose "torri".
- Negli spazi naturali e belvedere, non uscire dai sentieri, né dagli spazi abilitati al transito delle persone.
- Rispetta il patrimonio storico e culturale del luogo, nonché gli arredi pubblici e gli elementi a disposizione dei visitatori come pannelli informativi o telescopi e binocoli.
- Guida in modo prudente e responsabile.